21 de junio de 2010

Muerte de José Saramago.


Soy consciente de que, por momentos, este blog parece la página de las esquelas. Pero no se puede dejar de mencionar la muerte del Nobel portugués, que tuvo lugar el pasado dieciocho de junio.
Había nacido José Saramago en Azinhaga en 1922. Publicó su primera novela, Terra do pecado, con veinticinco años. Más tarde vendrán algunos de sus títulos más conocidos, como Memorial do convento o O Evangelho segundo Jesus Cristo, obra que fue vetada por el gobierno portugués para el Premio Literario Europeo, motivo este que le llevó a trasladar su residencia a la isla de Lanzarote, donde terminó sus días. Su última novela se titula Caín, y también tiene como tema central la religión.

En este vídeo podéis ver la adaptación cinematográfica del relato "La flor más grande del mundo", con la propia voz en off de José Saramago. Las reflexiones sobre los cuentos infantiles son muy acertadas, y enlazan muy bien con el tema que acabamos de estudiar de los géneros literarios.




¿Alguno de vosotros se atreverá a escribir ese cuento?



http://saramago.blogspot.com/ : blog que recoge entrevistas con el autor, discursos, declaraciones...

16 de junio de 2010

Del latín al castellano


En la vida de todo estudiante, más tarde o más temprano, llegará el dulce momento de comprender lo que se estudia. Este momento puede tener lugar de manera temprana, en la adolescencia, pero lo más frecuente es que se manifieste en la vida adulta.


El estudiante de español estudia durante años la siguiente premisa: "El español es una lengua que procede del latín". Y puede que lo comprenda. Pero ese conocimiento no se interioriza hasta que ese mismo estudiante, que habla y comprende el español perfectamente, conoce los verbos y la ortografía y el vocabulario, se encuentra con un texto escrito en castellano medieval. En ese momento el estudiante se pregunta (o le pregunta al profesor): "¿Esto es castellano?". De esa pregunta puede nacer un filólogo. (De aprenderse la conjugación de memoria, difícilmente).


En los territorios del Imperio Romano, entre los que se contaba Hispania (en alguno de cuyos puntos más occidentales podríamos situar la actual Cuntis), la única lengua oficial era el latín. Todas las lenguas prerromanas desaparecieron, con una única excepción: el vasco o euskera. Como el territorio del Imperio era muy extenso, tras la desmembración del mismo (o, a decir verdad, ya un poco antes), ese latín fue evolucionando de forma desigual según las zonas. Es decir, las variedades dialectales que ya existían, se fueron diferenciando cada vez más, dando lugar a multitud de lenguas diferentes. Esas lenguas, "hijas" del latín, se llaman lenguas romances, románicas o neolatinas.

En la Península Ibérica (antigua Hispania), las lenguas romances que surgieron fueron el gallego-portugués, el astur-leonés, el castellano, el navarro-aragonés, el catalán y el mozárabe. La fortuna de cada una de ellas fue muy desigual, y está ligada a motivos políticos. El más decisivo de todos fue la Reconquista, finalizada en 1492, que determinó la desaparición del mozárabe (romance hablado en territorio árabe) y la expansión paulatina hacia el sur de las demás. De la diversa suerte de los romances peninsulares podría hablarse largo y tendido (y así se hará en su día), y de la situación actual del astur-leonés (hoy llamado bable) y navarro aragonés (hoy llamado aragonés), en estado de completa desprotección.

La historia del castellano es muy larga para contar, de modo que sólo os ofreceré un muy breve panorama:


Castellano medieval (desde los primeros documentos hasta el siglo XVI)

Documentos importantes.


Los primeros textos escritos en castellano son glosas. Una glosa es una anotación al margen. Por ejemplo, si en un texto en inglés hay una palabra que desconocéis y la buscáis en el diccionario y después la apuntáis al margen, lo que habéis hecho es una glosa. Pues notas marginales como esos fueron los primeros textos castellanos que se conservan. Se llaman glosas emilianenses y glosas silenses por haberse hallado en las bibliotecas de los monasterios de San Millán de la Cogolla (La Rioja) y Santo Domingo de Silos (Burgos), respectivamente. Datan de los siglos X y XI.


El primer texto literario conservado es el Poema de Mio Cid (S. XII), y el primer escritor cuyo nombre conocemos es Gonzalo de Berceo (S. XIII).


Evolución de la lengua.


Es un poco difícil de explicar el estado de evolución del castellano en la Edad Media a unos estudiantes que no saben latín, pues pueden apreciar las diferencias con respecto a la lengua actual, pero no con respecto al punto de partida.

En cualquier caso, pueden destacarse algunos aspectos, como la aparición del artículo, de los tiempos compuestos de los verbos, de los fonemas /x/ (g, j), /ch/ y /ll/, de los diptongos /ue/, /ie/... que en latín no existían, entre otras muchas particularidades.


Normativización

Una figura muy importante fue el rey Alfonso X "El Sabio" (S. XIII), que fue el responsable de las primera reforma ortográfica que se hizo en castellano. (Véase artículo sobre el origen de la <ñ> en este mismo blog).

En el siglo XV, Antonio de Nebrija escribe la primera Gramática de la lengua castellana (1492), que es además la primera gramática de una lengua romance.


Español clásico (siglos XVI y XVII)


En esta etapa el sistema de sibilantes se reorganiza para convertirse en el que todavía hoy tenemos. (Es decir, desaparecen algunos fonemas, para quedarse /s/, /ch/, /x/ tal como hoy los pronunciamos). Este es el motivo por el que el hablante de español tiene dificultad para pronunciar ciertos sonidos de otras lenguas, como el italiano o el portugués.


En esta etapa ya no se escribe F- a principio de palabra a menos que la primera vocal sea un elemento de un diptongo. A partir del siglo XVI se escribirá H-. (La F- del castellano medieval hacía mucho tiempo que no se pronunciaba sino como una h- aspirada, muy suave, que acabó por desaparecer en muchas zonas).


Español actual (desde el siglo XVIII en adelante)


En el siglo XVIII nace la Real Academia Española (1713), que edita entre 1726 y 1739 su primer diccionario. La RAE hace en el siglo XVIII una reforma ortográfica comparable a la de Alfonso X. Entre otras cosas, estableció los usos actuales de "b" y "v" , y sustituyó las grafías por en términos como philosophía (filosofía), theología (teología), christiano (cristiano). Desde su fundación, la RAE sigue activa y edita diccionarios y gramáticas, pero el trabajo "gordo" de sistematización de la lengua escrita lo llevó a cabo sobre todo en el siglo XVIII.


Así que, ya sabéis: cuando protestéis porque la nota del examen baja por faltas de ortografía... pedid explicaciones a la RAE (que Alfonso X ya no puede hablar).



He intentado en esta entrada resumir sólo los hechos fundamentales, pues el estudio de la historia de la lengua es muy largo y complejo, y requiere de un mínimo conocimiento del latín y de otras lenguas romances. No os recomendaría ampliar información, pues esta me parece ya bastante amplia para este nivel. De todas maneras, si alguien tiene curiosidad, os pondré algún enlace.













Los cantares de gesta



Los cantares de gesta, como ya sabéis, son narraciones propias de la Edad Media. Tratan, como ya se ha explicado, temas de cierta importancia para la construcción de la identidad de un pueblo o nación. Y ya habíamos dicho que "temas de cierta importancia" suelen ser batallas, guerras, enfrentamientos entre familias notables, disputas por el poder, etc. Suelen tener como protagonista a un caballero en quien se concentran todas las virtudes que un hombre medieval pudiera imaginar: el caballero es un auténtico héroe, en quien sólo caben cosas buenas. Es un bueno-bueno, y sus enemigos serán malvados y ruines. El héroe del cantar de gesta suele contar con la ayuda de Dios para lograr sus fines.
Los cantares de gesta están escritos en verso. Por su antigüedad (estos textos son de las primeras manifestaciones literarias en las lenguas romances) pueden comprenderse algunos rasgos que, a primera vista, pudieran juzgarse como toscos, como el anisosilabismo (el hecho de que no siempre todos los versos tienen el mismo número de sílabas). Otro hecho que explica el anisosilabismo es el carácter oral de los cantares de gesta: no fueron escritos para cantar, sino que primero se compusieron oralmente y después fueron recogidos por escrito. En este punto pueden pasar dos cosas: que el compositor no le dé importancia a la igualdad de las sílabas métricas (teniendo en cuenta que sólo al componer poemas en latín se medían las sílabas, la lengua romance era una lengua "de andar por casa") y que el que transcribe el texto puede no recordarlo con exactitud.
Los versos de los cantares de gesta suelen oscilar entre las once y las dieciséis sílabas. Su rima es asonante.

Principales cantares de gesta.

El más antiguo de los conservados (pues muchos se perdieron por no haberse puesto por escrito o haber desaparecido el soporte que los contenía) está en lengua francesa, se trata del Cantar de Roldán (Chanson de Roland), escrito en el siglo XI. Está inspirado en la Batalla de Roncesvalles y su héroe es el conde Roldán, caballero de Carlomagno.

En romance castellano se conservan muy pocos cantares de gesta, y ninguno de ellos está completo. El más importante de todos y el mejor conservado es el Poema de Mio Cid o Cantar de Mio Cid, del siglo XII. Este texto narra las peripecias del Cid, de nombre Rodrigo Díaz de Vivar, y mezcla hechos reales con otros ficticios. La acción tiene lugar en tiempos de la Reconquista. El filólogo Menéndez Pidal dividió el texto en tres partes, que se suelen respetar en los manuales:
- Cantar del destierro: el rey Alfonso VI de Castilla destierra a don Rodrigo, caballero castellano, por culpa de las injurias de unos cortesanos enemigos del Cid. En esta primera parte se narran los preparativos para el viaje hacia Valencia y la partida de Burgos.
- Cantar de las bodas: don Rodrigo toma Valencia y hace gran fortuna. Como en todo momento se mostró leal y magnánimo con el rey Alfonso, éste decide perdonarle. De hecho, las dos hijas del Cid llegan a casarse con dos caballeros principales, los infantes de Carrión, por recomendación del rey (este tipo de matrimonios por interés se llevaban a cabo entre los nobles de la Edad Media por norma general).
- Cantar de la afrenta de Corpes: los infantes de Carrión muestran ser poco merecedores de la nobleza de su sangre con su comportamiento vil. Un día, al mostrar temor frente a un león, todos los hombres del Cid se burlaron de ellos (la cobardía era algo impensable en un caballero). Los infantes se sintieron muy enojados, y decidieron vengarse apaleando a sus mujeres y abandonándolas en un robledo apartado llamado Corpes. El Cid, viéndose afrentado, pero evitando tomar la justicia por su mano, va a pedir justicia al rey Alfonso. Las bodas de las hijas del Cid quedan anuladas y pueden casarse de nuevo, esta vez con los infantes de Navarra y Aragón, mucho más principales que sus primeros maridos, pues están emparentados con la familia real.

Este vídeo resume muy bien todo el contexto y los principales movimientos de la Literatura Medieval en castellano:





En esta página web podéis encontrar el texto del Poema de Mio Cid en castellano medieval y su adaptación en castellano actual, con abundantes comentarios y notas que ayudan a la comprensión del texto. (Es una página muy buena, aunque no sencilla, en la que merece la pena "echar horas" si nos interesa el tema): http://www.trinity.edu/mstroud/3331/cid.html
En la página del Instituto Cervantes, el Cid tiene su propio espacio: http://www.cervantesvirtual.com/bib_obra/cid/.
Por último, en esta página (http://www.cadenaser.com/comunes/2007/viajero/miocid/audio_ser.html ) hay una adaptación del Poema al castellano actual concebida para su recitado en la radio. De fácil comprensión.
Estos enlaces, para lo que se refiere a los cantares de gesta y al texto del Poema. Del personaje hablaremos próximamente.


4 de junio de 2010

Los subgéneros dramáticos



De nuevo os remito al libro de texto y al esquema de la libreta para el estudio del género dramático o teatral. Os recordaré solamente que en los textos teatrales también debe haber una historia, debe suceder algo, debe haber acción. (Y cuando algo pasa, ese algo siempre le pasa a un protagonista, y en un lugar y un tiempo determinados). La diferencia con los textos narrativos es que en el texto teatral no hay narrador, los personajes hablan con su propia voz por medio de diálogos. Toda aquella información necesaria para la puesta en escena de la obra y para la comprensión de la misma por parte del lector-espectador, si no se deduce de las palabras de los personajes, se especifica en las acotaciones.

Los subgéneros teatrales son muchos, pero este curso sólo estudiamos los dos más antiguos y más importantes, la tragedia y la comedia. Las máscaras de la imagen representan, respectivamente, a una (la triste) y otra (la alegre), pues los actores, en la Antigüedad, actuaban con máscaras, y elegían unas u otras en función de si la obra que se representaba era trágica o cómica.

La tragedia es una obra de tema serio, elevado, en la que los personajes suelen ser gentes distinguidas (reyes, nobles...). La característica más destacada de la tragedia es que tiene un final desgraciado: el protagonista, o los protagonistas, fallecen sin poder hacer nada por evitarlo. (A esta característica se refiere la popular frase que dice: "Aquí muere hasta el apuntador"). La finalidad de la tragedia es conmover, impactar en el corazón del lector-espectador.

La comedia, por el contrario, trata temas más ligeros, y sus personajes no son gentes principales, sino personas corrientes. Muchas veces (no siempre) tiene apuntes humorísticos, y su final es siempre feliz. La finalidad de la comedia es entretener al lector-espectador.

Los dos subgéneros, en su origen, estaban muy claramente delimitados; sin embargo, como habéis comentado en clase, actualmente esto no es así: hay nuevos subgéneros y los subgéneros antiguos difuminan sus rasgos más característicos. Por eso muchas de las obras que habéis visto representadas no se adecuan totalmente a los rasgos puros de los subgéneros.

En el teatro español, la frontera entre tragedia y comedia nunca se respetó, como sí hicieron los autores de otras literaturas. Muy temprano (S. XV) se comienza a hablar de tragicomedia; y en la edad de oro del teatro español (S. XVII) se emplea solamente el término "comedia", aun refiriéndose a obras en las que los protagonistas mueren.

Sin embargo, los ingleses fueron más convencionales y gracias a ello podemos utilizar para ejemplificar los dos subgéneros sendas obras del genial dramaturgo William Shakespeare (S. XVII): Hamlet (tragedia) y Mucho ruido y pocas nueces (comedia). Comparemos el argumento de ambas para percibir la distinción:

A Hamlet, príncipe de Dinamarca, se le aparece una noche el fantasma de su padre muerto confesándole una dura noticia: su muerte no fue un accidente, sino una argucia de su mujer y su cuñado (los actuales reyes) para poder gozar con libertad de sus amores ilícitos. Tras esta confesión, el rey muerto le pide a su hijo venganza de tan cruel crimen. Hamlet se finge loco para poder llevar a cabo su venganza, y abandona a su novia Ofelia. Los reyes, fingiendo preocupación por la falsa locura de Hamlet, lo envían en un barco a Inglaterra haciéndole creer que hacía tal viaje en función de embajador, cuando realmente el viaje no era más que una excusa para matar al príncipe lejos del palacio. Sin embargo, unos piratas apresan el barco y Hamlet puede regresar a Dinamarca. Para asegurarse de que la confesión que oyó a su padre había sido real, contrató a unos actores para que representasen en la corte una historia exactamente igual a la del asesinato del rey muerto, y así poder él observar la reacción de su madre y del rey actual. Éste se marcha de la representación muy alterado. Poco más tarde Hamlet se reúne con su madre y el padre de Ofelia se esconde en el cuarto de la reina para poder escuchar la conversación: Hamlet, al notar que había alguien escondido tras una cortina y pensando que era el rey, lo mata. Inmediatamente después se suicida, ya totalmente enloquecida y desesperada, la joven Ofelia, arrojándose al río. El hermano de Ofelia, Laertes, reta a Hamlet a un duelo de espadas para vengar a su padre y a su hermana. El joven Laertes cuenta con la ayuda poco limpia del rey, que sugiere envenenar la punta de la espada para que Hamlet falleciese con un solo toque. Y, por si esa medida no surtiera efecto, el rey le ofrecería a Hamlet para refrescarse una copa de vino envenenada. Sin embargo, en el momento del duelo, la reina bebe accidentalmente esa copa. Laertes consigue herir a Hamlet con la espada, pero también se hiere a sí mismo y le confiesa al príncipe todo el ardid. Entonces, Hamlet toma la espada de Laertes y también hiere al rey y le obliga a beber de la copa envenenada.
Como podéis comprobar si echáis cuentas, en Hamlet muere hasta el apuntador.
Hay muchas manifestaciones artísticas inspiradas en la tragedia de Hamlet, desde la ópera de Ambroise Thomas, hasta varias versiones cinematográficas, pasando por la célebre pintura de Millais.
Ophelia, en la imaginación de Millais

Mucho ruido y pocas nueces es un ejemplo de comedia: aunque muchos de los personajes son de alta alcurnia, otros no; y sin embargo todos ellos caen en la dulce trampa del amor. Los enredos amorosos constituyen el meollo del argumento. La obra, por supuesto, termina en boda (múltiple). Un excelente versión de esta comedia la llevó al cine Kenneth Branagh, director que llevó a la gran pantalla multitud de obras de Shakespeare (también Hamlet, por cierto). Este es el tráiler:



3 de junio de 2010

Los subgéneros narrativos.


Os remito al libro y al esquema de clase para el estudio de los diferentes géneros literarios (lírica, narrativa, teatro). Aquí, en este artículo, nos centraremos en repasar los subgéneros narrativos.

Recordemos que los textos narrativos son aquellos en los cuales hay un narrador que relata una historia. Esto es muy importante: sin acción, no hay narración. Es necesario que haya un protagonista (o varios) a quien le suceda algo; que haya un asunto que resolver siguiendo el tradicional esquema de planteamiento-nudo-desenlace. Cuando hay acción, hay cronotopo: si pasa algo, ese algo debe pasar por fuerza en un lugar y en un momento determinados.
Sin narrador, evidentemente, tampoco hay narración (aunque haya historia). (Pregunta al aire: si hay historia y no hay narrador, ¿ante qué tipo de texto literario estamos?).

Pero centrémonos ahora en los subgéneros, los tipos de textos narrativos que existen.

Los más conocidos por todos son las novelas y los cuentos, que se escriben en prosa. Un ejemplo de novela es El caso del artista cruel de Elia Barceló, conocida por todos; como ejemplos de cuentos podemos citar todos los que habéis leído de Oscar Wilde, vuestro escritor favorito.

Menos conocidos para vosotros son aquellos subgéneros narrativos que se escriben en verso. En el libro se mencionan tres: la epopeya, el cantar de gesta y el romance.

La epopeya es una obra de gran extensión que narra sucesos dignos de relatar significativos para un pueblo o nación. ("Sucesos dignos de relatar" generalmente se refiere a batallas, largos viajes, conquistas, descubrimientos...) En las epopeyas es obligatoria la figura de uno o varios héroes o valientes caballeros cuyas hazañas destaquen sobre los hechos de los hombres comunes. La Ilíada y La Odisea de Homero son dos epopeyas que vosotros conocéis bien. Inspirada en la Odisea, por cierto, hubo en los años 80 una muy instructiva serie titulada Ulises 31, un enlace de la cual os pongo aquí:




(Si os ha gustado, en Youtube están las dos restantes partes de este capítulo primero, y otros capítulos de la misma serie)

El cantar de gesta también narra hechos significativos de un pueblo o nación, pero esta denominación se aplica sólo a textos escritos en la Edad Media. Los cantares de gesta suelen tener sólo un héroe principal, que realiza sus hazañas con la ayuda de Dios, y que personifica las virtudes que en la Edad Media eran consideradas ejemplares (fuerza, nobleza, valentía, piedad, justicia...) El más antiguo texto literario que se conserva en castellano es el Poema de Mio Cid (siglo XII), el más conocido de los cantares de gesta castellanos. En este relato, el protagonista es el Cid, Rodrigo Díaz de Vivar, a quien próximamente dedicaré una entrada. Los primeros versos que se conservan del texto los podéis escuchar en este vídeo (en castellano medieval):




El romance, más que un subgénero narrativo, es un tipo de composición métrica. Pero como esta composición se suele utilizar para narrar historias, por extensión, el nombre de la estrofa se aplica también a un relato escrito con el esquema métrico del romance. Métricamente hablando, un romance es una serie indefinida de versos octosílabos, en la cual riman los versos pares mientras que los impares quedan sueltos. He aquí un ejemplo: