29 de marzo de 2011

Historias populares de Cuntis: la mítica Capadora

El asunto de las xanas, lamias, etc. suscitó un interesante debate sobre las leyendas populares que nos llevó al relato de esos cuentos que se repiten de generación en generación. El más popular de todos, sin duda, fue el de la "Casa da Capadora", en cuyos alrededores todavía hoy -al parecer- se pueden oír las quejas del mutilado. En Internet (fuente de recursos sin duda valiosa) he encontrado un romace sobre el tema escrito por los hermanos Rey Posse; romance que copio aquí (y enlazo a las páginas consultadas), pues no dudo de que el público lector tendrá gran interés por conocerlo. Los hechos que en él se narran difieren mucho de la historia que se transmite hoy en día oralmente.

ROMANCE DEL CRIMEN DE CUNTIS



Oigan todos los que escuchan


una historia verdadera


ocurrida hace tres años


entre una garrida hembra


y un hombre de mala vida


y de costumbres perversas


entregado siempre al vicio


al juego y la borrachera


que recibió al fin el castigo


de sus culpas en la tierra


dejando sus atributos


en unas manos honestas


que debajo de la manta


esgrimían la barbera.






Oh Madre del Redentor


soberana Providencia


dame la divina luz


para que estas coplas


sean ejemplo de los castigos


que el cielo siempre reserva


con la justicia divina


a los tigres y panteras


que con figura de hombres


no respetan a las doncellas


ni a las mujeres casadas


que tienen el macho fuera.






En el sulfuroso pueblo


de Cuntis fue la trijedia.






Habitaba en una casa


cercana a la carretera


una mujer bien formada


y bien armada de caderas


con dos lunares rizados


en la mejilla derecha


y un contorno pectoral


de enorme circunferencia.






Además de esto tenía


a su marido en América


en donde era fabricante


de peines y de peinetas


construidos con los cuernos


de toros y de terneras.


La mujer allí vivía


llevando una buena vida


sin dar nada que decir


ni que jamás se oyera


mormurar al vecindario


ni del Capellán ni de ella.






Pero un monstruo desalmado


sin corazón ni vergüenza


vecino del mismo pueblo


llamado Xan da Panela


apostó con unos amigos


que tenía en la taberna


que era capaz una noche


a presentarse ante ella


y a hacerla soñar gustoso


con el que estaba en América.






Una vez puestos de acuerdo


se formalizó la apuesta.






Y aquel malvado de Xan


cogió al hombro una escalera


fue sigiloso a la casa


y topó la ventana abierta


y saltando así de pronto


al cuarto de la interfecta


a su víctima sorprende


dormitando a pierna suelta.






Ella al sentir los pasos despierta


y trata de levantarse


pero al momento se acuerda


que gasta camisa corta


y se queda por vergüenza


diciéndole: Creminal


¿qué quieres? ¿qué horas son estas


de venir a asovallar


a la mujer más honesta


de Cuntis y sus contornos?


Márchate al punto y no vuelvas.






El sin querer escuchar


los gritos y las protestas


de aquella infeliz mujer


tiró al suelo la chaqueta


y quedándose desnudo


compartió el lecho con ella.






Entonces la desdichada


al verse junto a la fiera


con el mayor disimulo


echó mano a la barbera


que siempre llevaba oculta


para su propia defensa


y fingiendo una caricia


hizo ris-ras con la izquierda


y segó de un solo tajo


dado con mucha firmeza


todo lo más inflamable


del bribón Xan da Panela.






De repente se oye un trueno


y una voz profunda y hueca


que decía: Por morral


por cochino y sinvergüenza


quedas como Putifar


para en vitam aeternam.






Entonces él dijo:


Virgen de Moraña


te imploro por Dios clemencia


y haz que al punto me retoñe


lo que me ha podado esta.


(Hermanos Rey Posse)

Enlaces:

Uno
Dos

Bibliografía:

Seixo Pastor, M., "Rey Posse e o caso da Capadora de Cuntis", en A Taboada, nº1. Este número y otros de la revista están a vuestra disposición en la biblioteca del centro.

24 de marzo de 2011

El romance del Cuetu-Lloro y las xanas.

La lectura titulada "De xanas, lamias, donas y fuentes prodigiosas" que viene en el libro de 1º de ESO habla de un romance que se canta en Nueva de Llanes, el romance del Cuetu-Lloro, en el que se narra la muerte de tres niñas atraídas por el canto de una xana.
He estado buscando el romance, y lo he hallado en un foro de Internet.

¡Ay, niñas, las tres garridas!



¡Ay, niñas, las de la Torre!

¡Ay, salen de madrugada!


¡Ay, salen a coger flores!


¡Ay, qué florido está el soto!


¡Ay, qué relumbres y olores!


¡Ay, cómo ríen los prados!


¡Ay, qué alboradas se oyen!


¡Ay, qué linda mariposa


ante las niñas se pone!


El cuerpo tiene de espuma,


las alas de tres colores.


¡Ay, que inocentes la siguen...!


¡Ay, que se van hacia el bosque!


¡Ay, que allí está el Cuetu-Lloro!


¡Ay, que do van no conocen!


¡Ay, que una xana hechicera


lavando está en Fuente noble,


lavando cadejos de oro,


vestida de mil primores!


¡Ay, que la vieron sus ojos,


sus lindos ojos traidores!


¡Ay, que riendo las llama!


¡Ay, que quién es no conocen!






Al Cueto Lloro,


niñas, venid,


que un zurrón de oro


tengo yo allí...






¡Ay, con su gracia les roba,


les roba los corazones!


¡Ay, fuera de sí la miran!


¡Ay, fuera de sí la oyen!


¡Ay, que prendidas las lleva


con cadenitas de flores!


¡Ay, que inocentes la siguen!


¡Ay, que embelesadas corren!


¡Ay, que la cueva se abre!


¡Ay, qué sonidos acordes!


¡Ay, que se ve un paraíso!


¡Ay, que relucen tres soles!


¡Ay, que por ella la xana,


ay, que por ella se esconde!


¡Ay, que las niñas la siguen!


¡Ay, que do van no conocen!


¡Ay, que la cueva se cierra!


¡Ay, que en su seno las coge!


¡Ay, que allí quedan cautivas!


¡Ay, que han muerto los tres soles!


¡Ay, que dentro suenan llantos!


¡Ay, que la fuente no corre!


¡Ay, que la culebra canta!


¡Ay, niñas, la de la torre!

La imaginación popular es tremendamente sobrecogedora, y estos terribles personajes abundan en la mitología ibérica, como hemos podido deducir de la lectura. Me imagino que están en la línea de la Serrana de la Vera, pero exentas de la caracterización salvaje de esta. En cualquier caso, mujeres fatales no faltan en la literatura popular, y allí donde se roza lo irracional surge la fascinación del miedo, gran fuerza inspiradora para pueblos enteros, y sus autores más cultos no escapan de él (afortunadamente, en este caso).

Enlaces:






Lecturas relacionadas con el tema:

José María Merino, Leyendas españolas de todos los tiempos. De este libro está extraída nuestra lectura de clase.

Jesús Callejo, Hadas. Espíritus femeninos de la Naturaleza.

Manuel Martín Sánchez, Seres míticos y personajes fantásticos españoles.

21 de marzo de 2011

El veintiuno de marzo / comienza la primavera

...cuando los quintos soldados
embarcan para la guerra.
Unos ríen y otros lloran,
y otros se mueren de pena,
y el que va en medio de todos
es el que más pena lleva.
Le pregunta el capitán:
"¿Por qué llevas tanta pena?
¿Es por padre o es por madre
o es por alguien de tu tierra"
"No es por padre ni es por madre
ni es por nadie de mi tierra,
es por una morenita
por quien yo muero de pena".
"Si es por una morenita
por quien tú mueres de pena
yo te daré la licencia
para que vayas a verla"
"Ábreme la puerta, luna;
ábreme la puerta, estrella;
que por tu cara bonita
me he librado de la guerra"

Como hoy es 21 de marzo (día de la poesía, recordemos), me permito trasladar aquí el tradicional romance del Quintado. Y, de paso, poner una versión actualizada por el Nuevo Mester de Juglaría.




También me gustaría poner una preciosísima canción de María Elena Walsh, cantautora argentina recientemente fallecida. Las letras de sus canciones infantiles son auténticas obras maestras.

17 de marzo de 2011

Dos gracias

Creo que mis queridos alumnos agradecerán unas gracias teatrales. (Recordemos: es teatro, es ficción).



16 de marzo de 2011

Josefina Aldecoa ha muerto esta mañana


De todas las necrologías que Lenguaurelio ha recogido durante su corta vida, esta es la que resulta más dura de escribir, debido a que la trilogía compuesta por las novelas tituladas Historia de una maestra, Mujeres de negro y La fuerza del destino está entre mis lecturas favoritas. Conocer la historia de las vidas de Gabriela y de su hija, ver -no tanto de fondo como casi en primera fila- los acontecimientos de la historia de España desde la República hasta los años 80, desengañarse de todo con la maestra ya anciana, son experiencias que un lector sensible no debería dejar pasar. Si bien las tres obras son magníficas, La fuerza del destino, particularmente, es una triste y realista lección de humildad para el ser humano.

10 de marzo de 2011

El niño está malito

En la magnífica página web que alberga el proyecto del Romancero Pan-hispánico de la Universidad de Washington he hallado este romance, que puede ser muy interesante para los lectores de Lenguaurelio, pues contiene elementos de varios romances aquí comentados.


El niño está malito / malito está en su cama,

cuatro médicos lo asisten / de los mejores de España.

Unos dicen que se muere, /otros dicen que no es nada,

 los más entendidos dicen / que la comunión alcanza.

-Madre mía, si me muero / no me entierren en sagrado,

entiérrenme en campo libre /donde transite el ganado.

En mi cabecera pongan /cuatro ladrillos dorados

y un letrero que diga: /"Aquí ha muerto un desgraciado;

no ha muerto de calentura /ni de dolor de costado,

 ha muerto de mal de amores, /de un dolor desesperado."

(Recogido en la Vega, en la República Dominicana)



El motivo de los cuatro (o tres, o siete, o diez, etc.) doctores (o sabios) lo recordaréis del romance "En los palacios del rey":

Llamaron con gran urgencia / a tres sabios de Granada.
El uno le tomó el pulso, / el otro no habló palabra
y el tercero fue el que dijo: / "Esta niña está baldada".


Este motivo puede rastrearse en el romance de la Muerte del Príncipe don Juan (del cual la mencionada web incluye más de 290 versiones). El número de sabios o doctores varía, y también su procedencia (España y Granada son sus cunas más frecuentes). Pero el motivo de la consulta a varios médicos que no aciertan con el mal es tradicional, como podrá comprobar quien lea los romances.

El segundo motivo tradicional es el de un hombre que habla a una mujer (madre, novia, hermana) exhortándola a no sepultarlo en tierra sagrada en caso de que le llegase la muerte, y dando todo tipo de indicaciones acerca de su sepultura deseada, generalmente con un tono jocoso. Este es el romance conocido como "No me entierren en sagrado", que hemos visto en la versión de la canción infantil titulada "Una noche muy oscú". Sobre este motivo podemos deleitarnos con la información que nos ofrece Diego Catalán en su artículo "Arte poética del romancero oral. Los textos abiertos de creación colectiva", recogido en el blog http://diegocatalan.blogia.com/, todo él un auténtico tesoro.



Véase, pues, cómo unos romances se mezclan (contaminan) con los otros. No se puede hablar de imitación, ni mucho menos de plagio; es la ley natural de la literatura popular, que, como el agua del río, ni tiene dueño, ni se mantiene inmutable, ni se detiene jamás. Gracias a proyectos como el del Romancero Pan-hispánico podemos cotejar, sin movernos de casa, las distintas versiones; gracias al trabajo de estudiosos como Diego Catalán y quienes acometen el valiosísimo y arduo trabajo de difundir su obra, además, podemos comprender esas versiones; aunque, paradójica y tristemente, cada día haya menos niños que puedan recordar alguna de esas versiones como aquella que algunas tardes le cantaba su abuela.














1 de marzo de 2011

Cuatro corazones con freno y marcha atrás, de Enrique Jardiel Poncela



Como obra de teatro que es, la lectura obligatoria del segundo trimestre en 2º de ESO no solo es lectura, sino que fue concebida para ser representada. Por eso, en este caso, no solo no está mal que lo hagáis, sino que incluso sería positivo ver la puesta en escena.

Enlace a una representación.

Enlace a la representación de Estudio Uno (es necesario instalar un programa).

Hay más representaciones en vídeo, escogí estas dos por estar sin cortes, pero en los buscadores os aparecerán otras.