Acerca de Francisco de Goya, quien retrató tan bien a los monarcas de su tiempo y plasmó los horrores de la Guerra de la Independencia, podéis consultar abundante información en estos dos sitios:
Portal del Museo del Prado dedicado a Goya
Portal de la Universidad de Zaragoza dedicado a Goya
La obra con la que arranca el Romanticismo en Europa es el Werther. Aquí tenéis un enlace al texto completo de "Las cuitas del joven Werther" de Goethe. La sensibilidad wertheriana caló tan hondo en su época que el suicidio fue un hecho común, no solo en los textos literarios, sino en la vida real (véase el siempre mencionado ejemplo de Larra). El pintor Alenza, con trazos costumbristas ya, satiriza el suicidio romántico. La obra Sab, de Gertrudis Gómez de Avellaneda, muestra una gran deuda con el Werther de Goethe, pero va más allá al ampliar la lucha por la libertad individual a la reivindicación de la igualdad entre todos los hombres y mujeres, con una fuerte crítica antiesclavista. Comentaremos esta obra en profundidad más adelante, pues es una de las obras más importantes del romanticismo en español, aunque haya sido inexplicablemente relegada (¿tal vez por haber salido de la pluma de una mujer criolla?).
Con un poco de oído podéis entender algún poema de Leopardi, a quien también el cuerpo le pide tierra, o deleitaros con La bella molinera de Shubert (thttp://www.youtube.com/watch?v=A9_Qa7lU2Nk), una serie de lieder (poemas cantados) en que se conjugan el costumbrismo y la desesperación romántica. Quien quiera dejarse de palabras y centrarse en la música, puede quedarse con Chopin o Beethoven, que desbordan romanticismo.Quienes prefieran emociones más fuertes pueden elegir la obra de arte total, la ópera, que Wagner o Verdi cultivan sublimemente, con temas románticos los dos.
La búsqueda de evasión lleva a los románticos a soñar con épocas pasadas, como la Edad Media, entendida ahora como misteriosa y oscura, y así nace la novela gótica. La primera fue El castillo de Otranto, de Walpole. A partir de ahí surge toda una serie de historias terroríficas como el Drácula de Bram Stoker, el Frankenstein de Mary Shelley y un largo etcétera, tantas veces llevadas al cine. Ese refugiarse en el pasado también lleva a los románticos a la búsqueda de los valores y tradiciones originales de los pueblos, y surge el estudio del folklore. Salen a la luz leyendas y cuentos populares gracias a recopiladores como los hermanos Grimm (http://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/index). Incluso los autores que escriben sus propios cuentos y leyendas -como Andersen-, buscan inspirarse en las narraciones populares, que de verse relegadas al fuego del hogar se revalorizan ahora. En España aparecen las figuras de folkloristas importantes como la de Demófilo (Antonio Machado y Álvarez, padre de los retoños Antonio y Manuel, que años después tanto darían que leer).
Después de esta larga pero incompleta introducción al romanticismo... ¿podemos afirmar que el romanticismo es cosa del siglo XIX? ¿No nos recuerda a nada todo esto?
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