El asunto de las xanas, lamias, etc. suscitó un interesante debate sobre las leyendas populares que nos llevó al relato de esos cuentos que se repiten de generación en generación. El más popular de todos, sin duda, fue el de la "Casa da Capadora", en cuyos alrededores todavía hoy -al parecer- se pueden oír las quejas del mutilado. En Internet (fuente de recursos sin duda valiosa) he encontrado un romace sobre el tema escrito por los hermanos Rey Posse; romance que copio aquí (y enlazo a las páginas consultadas), pues no dudo de que el público lector tendrá gran interés por conocerlo. Los hechos que en él se narran difieren mucho de la historia que se transmite hoy en día oralmente.
ROMANCE DEL CRIMEN DE CUNTIS
Oigan todos los que escuchan
una historia verdadera
ocurrida hace tres años
entre una garrida hembra
y un hombre de mala vida
y de costumbres perversas
entregado siempre al vicio
al juego y la borrachera
que recibió al fin el castigo
de sus culpas en la tierra
dejando sus atributos
en unas manos honestas
que debajo de la manta
esgrimían la barbera.
Oh Madre del Redentor
soberana Providencia
dame la divina luz
para que estas coplas
sean ejemplo de los castigos
que el cielo siempre reserva
con la justicia divina
a los tigres y panteras
que con figura de hombres
no respetan a las doncellas
ni a las mujeres casadas
que tienen el macho fuera.
En el sulfuroso pueblo
de Cuntis fue la trijedia.
Habitaba en una casa
cercana a la carretera
una mujer bien formada
y bien armada de caderas
con dos lunares rizados
en la mejilla derecha
y un contorno pectoral
de enorme circunferencia.
Además de esto tenía
a su marido en América
en donde era fabricante
de peines y de peinetas
construidos con los cuernos
de toros y de terneras.
La mujer allí vivía
llevando una buena vida
sin dar nada que decir
ni que jamás se oyera
mormurar al vecindario
ni del Capellán ni de ella.
Pero un monstruo desalmado
sin corazón ni vergüenza
vecino del mismo pueblo
llamado Xan da Panela
apostó con unos amigos
que tenía en la taberna
que era capaz una noche
a presentarse ante ella
y a hacerla soñar gustoso
con el que estaba en América.
Una vez puestos de acuerdo
se formalizó la apuesta.
Y aquel malvado de Xan
cogió al hombro una escalera
fue sigiloso a la casa
y topó la ventana abierta
y saltando así de pronto
al cuarto de la interfecta
a su víctima sorprende
dormitando a pierna suelta.
Ella al sentir los pasos despierta
y trata de levantarse
pero al momento se acuerda
que gasta camisa corta
y se queda por vergüenza
diciéndole: Creminal
¿qué quieres? ¿qué horas son estas
de venir a asovallar
a la mujer más honesta
de Cuntis y sus contornos?
Márchate al punto y no vuelvas.
El sin querer escuchar
los gritos y las protestas
de aquella infeliz mujer
tiró al suelo la chaqueta
y quedándose desnudo
compartió el lecho con ella.
Entonces la desdichada
al verse junto a la fiera
con el mayor disimulo
echó mano a la barbera
que siempre llevaba oculta
para su propia defensa
y fingiendo una caricia
hizo ris-ras con la izquierda
y segó de un solo tajo
dado con mucha firmeza
todo lo más inflamable
del bribón Xan da Panela.
De repente se oye un trueno
y una voz profunda y hueca
que decía: Por morral
por cochino y sinvergüenza
quedas como Putifar
para en vitam aeternam.
Entonces él dijo:
Virgen de Moraña
te imploro por Dios clemencia
y haz que al punto me retoñe
lo que me ha podado esta.
(Hermanos Rey Posse)
Enlaces:
Uno
Dos
Bibliografía:
Seixo Pastor, M., "Rey Posse e o caso da Capadora de Cuntis", en A Taboada, nº1. Este número y otros de la revista están a vuestra disposición en la biblioteca del centro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario