21 de febrero de 2010

Recursos literarios (I). La anáfora.

Como debéis saber, los recursos estilísticos o literarios son procedimientos lingüísticos en los que el autor juega con la forma, el orden o el significado de las palabras con el fin de embellecer sus textos y darles mayor expresividad.

El primero que vamos a estudiar es quizás el más utilizado de todos, la anáfora.

La anáfora consiste en la repetición de una o varias palabras a principio de verso o frase. Veamos algunos ejemplos. Los vídeos que acompañan a algunos de ellos son versiones musicales o recitados de los textos de los que han sido extraídos los ejemplos.

Ejemplos de anáfora en unos textos en verso:

Hoy la tierra y los cielos me sonríen,
hoy llega al fondo de mi alma el sol,
hoy la he visto... La he visto y me ha mirado...
¡Hoy creo en Dios!
(G. A. Bécquer)



Como podéis ver, todos los versos del poema comienzan con la misma palabra, el adverbio "hoy".

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la muerte ni a la nada.
(Miguel Hernández, de la "Elegía a Ramón Sijé")



En este segundo ejemplo, como podéis comprobar, no es una sola la palabra que se repite a comienzo de cada verso, sino cuatro ("No perdono a la").

Ejemplo de anáfora en prosa:

Aquí fue Troya, aquí mi desdicha y no mi cobardía se llevó mis alcanzadas glorias; aquí usó la forma conmigo de sus vueltas y revueltas; aquí se oscurecieron mis hazañas; aquí, finalmente, cayó mi ventura para jamás levantarse. (Cervantes.)

En este ejemplo de Cervantes, la palabra que se repite a principio de período es el adverbio "aquí". (Si os fijáis, justo antes de cada "aquí" se podría sustituir la coma o el punto y coma por un punto).

Hay que señalar que para que exista anáfora no es imprescindible que la palabra repetida esté presente al principio de todos los versos u oraciones de una estrofa, poema, párrafo o texto, como se puede apreciar en el siguiente ejemplo:

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidado le ofrece;
sueña el pobre que padece,
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende(...)
(Calderón de la Barca, de La vida es sueño)



En el texto de Calderón, la forma verbal "sueña" se repite al comienzo de cinco de los siete versos. Es, también, un caso de anáfora.

Por último, os invito a descubrir ejemplos de anáforas en la canción "Tenía tanto que darte" de Nena Daconte.

La letra está aquí.

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